No podemos observar con una perspectiva adecuada la dirección hacia la que se dirige la política exterior mexicana, sin repasar la evolución de la posición de nuestro país en diferentes momentos de nuestra historia. La ruta comienza al iniciarse el periodo del México Independiente, antes de eso nos encontrábamos limitados por sometimiento a los conquistadores, “...México no tenía más noción de sí mismo que la que veía en el espejo de España: Nueva España, capitanía, audiencia, virreinato; pero no tenía problemas exteriores...” [1] , como colonia española, nuestra política hacia otros países y regiones se sujetaba a lo determinado desde el corazón del imperio: España. Al alcanzar la libertad la nueva nación tiene la necesidad de resolver dos cuestiones acuciantes: sus graves problemas interiores y la presión de registrase con nombre y apellidos propios ante el concierto de las naciones. Alcanzar una percepción de país con personalidad propia, se convierte en uno de los retos más i...
Un espacio para reflexionar sobre educación, deporte, educación física, religión y tópicos de interés para aquellos que prefieren encontrar un punto de vista diferente.
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