Mario Ramírez Barajas y el día que Kasparov perdió
La ciudad: Tromso, en Noruega, la
circunstancia, las elecciones para cambiar al Consejo Directivo de la Federación
Internacional de Ajedrez. Los rivales al frente de cada una de las planillas
son Kirzan Ilihumiznov, quién busca su reelección
Gary Kasparov, antiguo campeón mundial y aspirante a dirigir los
destinos del ajedrez a nivel mundial.
Cómo antecedente, durante
la campaña cada uno de ellos perfiló dos modelos distintos
para lograr atraer simpatía y votos. Por un lado Kirzan
privilegió el contacto directo y personal, en tanto Kasparov
eligió la creación de una Fundación
con su nombre como instrumento de penetración en las diferentes
federaciones nacionales.
Al día del inicio de la
asamblea donde se llevaría a cabo el proceso de elección,
los bandos se encontraban claramente definidos. Con Kasparov el bloque de
Africa, una parte de Europa y Asia y, prácticamente casi nadie de
América. Con Kirzan, America, la mayor parte de Asia y
Europa.
Lo que se presenció en este proceso resultó un fino juego donde cada uno de ellos
puso en marcha su estrategia final. El grupo de Kasparov inició el juego con ataques dirigidos a plantear temas relacionados con la gestión
de años anteriores, en busca de capitalizar el desgaste
propio de cualquier ejercicio de gobierno. Kirzan en tanto, se afana en
conservar el respeto a las reglas y la unidad del ajedrez mundial por encima de
cualquier interés personal o de grupo.
En su alocución
final Kasparov intenta convencer con la oferta de perdonar deudas de las
federaciones nacionales y con una inyección de 10 millones de dólares
por parte de uno de sus patrocinadores. Kirzan lo enfrenta a la responsabilidad
de las acciones cometidas por el ex campeón mundial, así le recuerda a la asamblea cómo convocó a un movimiento cuyo destino final era la desaparición
de la propia Federación
Internacional y la creación de una organización
a partir de los propios jugadores como directivos y actores fundamentales.
Al final la votación
favorece ampliamente a Kirzan, Kasparov reacciona retirándose
de la asamblea y el mexicano Mario Ramírez Barajas resulta
designado como Vicepresidente de la Federación Internacional de
Ajedrez y Gary Kasparov y su grupo resultan derrotados. No logró transferir su habilidad frente al tablero al complejo mundo de la política.
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