La historia es la siguiente: se vota en la Suprema Corte de Justicia el tema de la penalización del aborto en Baja California y San Luis Potosí, los ministros en una votación muy cerrad,a deciden no cambiar la decisión de los congresos estatales. El Obispo de Mexicali, José Isidro Guerrero Macías, declara al respecto: ¨Ayer, casi perdimos, pero una llamada del papa, no se a quién, no me pregunten, cambió todo¨. Casi en automático lo desmintió el Vaticano, Federico Lombardi, dijo que el Santo padre no intervenía en asuntos internos y que la opinión de Monseñor ¨carece de fundamento¨. La Conferencia del Episcopado Mexicano, también lo refutó, ¨...el papa siempre respeta la vida interna de las naciones, ...no intervino en la decisión de la SCJN...¨, dijeron en un comunicado.
En pocas palabras sus propios correligionarios lo tacharon de mentiroso. Digo, por que tonto no es, estudió filosofía, teología y arqueología, por lo tanto no podemos pensar que, simplemente, se haya equivocado de algún modo. Su declaración fue totalmente deliberada, con qué intención, quién sabe.
Es mas, espero haya dicho una gran mentira, de otro modo sería muy grave que un líder religioso, determine el rumbo de un asunto civil en nuestro país.
La práctica de una religión es un tema del ámbito privado, las leyes, del público. Nadie está obligado a ser miembro de una religión en particular, somos libres de pertenecer al culto más afín a nuestras creencias y formación familiar. Pero todos, necesariamente, debemos cumplir la ley.
El apego a una fe implica la aceptación voluntaria de sus principios y dogmas mas importantes, por lo tanto si no están de acuerdo con el aborto es evidente que, al margen de cualquier ley, no necesitan de ninguna clase de coacción para no llevarlo a cabo.
No se entiende la razón de pretender dar la apariencia de poder influir en la votación de un precepto civil, no religioso, destinado a todos los integrantes de la sociedad. Católicos, protestantes , musulmanes, budistas o de cualquier otra religión. A ellos les debería bastar la firmeza de sus creencias.
Por eso resulta mucho mas increíble considerar con seriedad la versión en la que se pretende hacernos creer que se logró cumplir con una ¨santa voluntad¨ papal en un tema completamente inherente al espacio de definición de normas y leyes civiles, lejanas y respetuosas de las concepciones de cualquier religión.
Lo que hizo el obispo de Mexicali, al crear una ficción, con una llamada inexistente para fortalecer su posición en el tema, es humano, simplemente humano, al final es una persona como todos nosotros, con virtudes y defectos.
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